El árbitro Ramiro López, quien suele dirigir en el ascenso del fútbol argentino, sufrió hace unas semanas un paro cardíaco y debió ser operado de urgencia. La intervención quirúrjica tuvo duración por espacio de ocho largas horas. En D-Sports Radio, el juez comentó sus sensaciones tras sobrevivir a un hecho por demás complejo.

"El 10 de agosto, después de entrenar, tuve un estado de muerte súbita. Tuve un compañero que sabe hacer RCP y pudo sacarme a flote gracias a una rápida intervención. Los médicos son los culpables de que esté vivo todavía", confesó López en diálogo con “Tirá para Arriba”.

López, de 44 años, con una extensa carrera en la que lleva 204 partidos de los cuales seis fueron en Primera División, estaba realizando un precalentamiento el jueves en el CENARD y comenzó a sentirse mal. Tras descompensarse, un árbitro que estaba junto a él, le hizo reanimación cardiopulmonar (RCP) y otros colegas llamaron a una ambulancia.

Luego de algunos minutos fue trasladado hasta el hospital más cercano de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para ser intervenido por especialistas. "No tengo registro de la mayoría de las cosas que me pasaron hasta estar adentro de la ambulancia. Desde que me desvaneci hasta ser intervenido no me acuerdo de nada", describió Ramiro López.

Según informaron los médicos, la operación del infarto agudo de miocardio se extendió cerca de ocho horas, donde le realizaron tres bypass. El juez comienza una recuperación de un hecho que le cambia la vida a absolutamente cualquiera: “Ahora ya estoy en mi casa. Debo arrancar la vida de cero, aferrarme a la familia, a los amigos y volver a vivir”, detalló el juez.