La sesión de este jueves en el Tribunal Superior de Justicia Deportiva sancionó a siete jugadores por su participación en el caso de apuestas en Brasil denonimado operación “Penalidad Máxima”. Dos deportistas tuvieron la sanción más estricta y fueron vetados del fútbol.

Gabriel Tota, ex de Juventude, fue el primero y más complicado. Además de dejar de ejercer la profesión, el exjugador aún deberá pagar una multa de R$ 50.000. El castigo es por incitar a otros a participar en la manipulación de partidos y por haber recibido una tarjeta amarilla. El portero Matheus, ex del Sergipe, también fue retirado del fútbol.

Por su parte, el argentino Kevin Lomónaco, que juega en el Red Bull Bragantino, recibió una suspensión de 380 días y una multa de 25 mil reales. El ex Lanús fue juzgado por el Tribunal por haber cometido un foul adrede para hacerse amonestar y así beneficiar a diferentes apostadores.

El zaguero central de 21 años, ya llevaba 20 días suspendido en forma provisional y puede apelar el fallo. Él había admitido su responsabilidad, cuando prestó declaración ante la Justicia, de cometer una infracción en forma deliberada en un partido que jugó para Red Bull Bragantino, contra América Mineiro, por el Brasileirao 2022. Al confesar su actitud, evitó una condena por parte de la Justicia Civil, no de la deportiva.

El club paulista ya había separado a Lomónaco del plantel después del allanamiento que hubo en la vivienda del jugador, por el que le pagó cuatro millones de euros a Lanús en 2022. Después, se difundieron los chats con el individuo que le ofreció el dinero en cuestión. El monto total que le prometieron fue de 70.000 reales, de los cuales 30.000 se lo depositaron en la cuenta bancaria antes del partido.