Esta tarde, las autoridades de la casa madre del fútbol sudamericano se reunieron con dirigentes de la Asociación del Fútbol Argentino, la Confederación Brasileña de Fútbol y responsables de ambos clubes para “brindar y ajustar todos los detalles” del plan logístico de cara a la gran definición que se dará el próximo 4 de noviembre. 

En el cónclave se ratificó al mítico estadio Estadio Jornalista Mário Filho, más conocido como Maracaná como sede para el duelo entre el “Xeneize” y el “Flu”.

Alejandro Domínguez, Presidente de CONMEBOL fue el anfitrión del encuentro del que participaron, el Presidente de Fluminense, Mario Bittencourt; el vicepresidente del club Boca, Juan Román Riquelme; el embajador de Brasil, Jose Antonio Marcondes y al representante de la embajada de Argentina, Francisco Ballinoti

Además de los miembros del Consejo, por parte de la CBF estuvo su presidente, Ednaldo Rodrigues, y del lado de la AFA, el presidente Claudio Tapia.

Durante la reunión, el equipo de trabajo de la Dirección de Competiciones y Operaciones de la CONMEBOL hizo una detallada exposición de todos los aspectos atinentes a la organización de la final de la Libertadores.

El traslado y hospedaje de los equipos; los campos de entrenamiento habilitados; las actividades de prensa; los dispositivos de seguridad; la ubicación y puntos de encuentro de las hinchadas y otros asuntos logísticos y operativos fueron abordados durante la reunión.

Luego del cónclave, Juan Román Riquelme confesó: “Para nosotros como club es muy importante estar en la Final, soñamos llegar a la Final de la CONMEBOL Libertadores, para mí, personalmente, la copa más linda del mundo. Sabemos que nuestra gente va a ir a acompañar, vamos a hacer todo lo posible para que sea una fiesta y que sea un partido de fútbol que podamos disfrutarlo y en el que gane el mejor”

Por su parte, Mario Bittencourt, Presidente de Fluminense, dijo: “Todos los brasileños y argentinos sabemos que hay una admiración reciproca entre los dos países, y más cuando se habla de fútbol, entonces tengan la certeza, que todos los que estamos aquí, representantes del gobierno y de la policía, vamos a trabajar para hacer una hermosa final en el Maracaná”. 

Durante la reunión también se tocó un punto que fue foco de varios conflictos durante la actual competencia: el racismo. Desde CONMEBOL comentaron las consecuencias de los actos racistas en Brasil, que podrían llegar a tener una pena privativa de 2 hasta 5 años de libertad.  

Como cierre, los altos representantes del Fluminense y Boca Juniors suscribieron un compromiso para impulsar campañas contra la violencia en el seno de sus hinchadas y de promoción del espíritu deportivo y el Fair Play, dentro y fuera de la cancha.