Otra vez, incidentes en Río de Janeiro. Tras las decenas de incidentes en la final de la Copa Libertadores entre Boca y Fluminense, la Policía de Brasil volvió a protagonizar un nuevo escándalo en las tribunas del estadio Maracaná.

Del Instagram de dsports

Mientras sonaban los himnos de Argentina y la ‘Canarinha’, antes del comienzo del partido por la sexta fecha de Eliminatorias Sudamericanas, hinchas de nuestro país se pelearon con simpatizantes brasileños, quienes no paraban de silbar.

La seguridad comenzó a separar con golpes de puño y palazos a las personas que tenían camiseta del seleccionado campeón del mundo en Qatar 2022, como ocurre cada vez que juega un equipo argentino por Copa Sudamericana o Libertadores en el nación vecina.

Todo el plantel de la ‘Albiceleste’ se acercó a la tribuna donde se produjeron los incidentes, lugar en el que estaban varios de sus familiares. Varios futbolistas se metieron de lleno al ver la brutal golpiza de la policía a los hinchas que estaban tranquilos, sin generar problemas. Tal es así que ‘Dibu’ Martínez le intentó quitar el palo a un agente.

Por iniciativa de Lionel Messi, al ver que no había garantías para los argentinos que estaban rodeados de hinchas brasileños, se dirigieron para los vestuarios y el partido se demoró por media hora. "Nos vamos", fue la palabra del capitán a sus compañeros y la totalidad del equipo lo acompañó.

Varios simpatizantes saltaron al campo de juego para resguardarse de la agresión policial que no se detuvo por casi veinte minutos. La represión generó muchos heridos y ocho detenidos, por el momento. 

La última vez que Brasil y Argentina se enfrentaron por las Eliminatorias Sudamericanas, el partido se suspendió y no se retomó nunca: igualaban sin goles en el Arena Corinthians de San Pablo de cara a la clasificación para el Mundial de Qatar 2022, cuando funcionarios sanitarios del Gobierno brasileño irrumpieron en el campo de juego y denunció a cuatro jugadores por violar la normativa federal de ingreso al país por covid-19.

Transcurrían cuatro minutos de juego cuando un delegado de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) ingresó a la cancha para notificar a los protagonistas que el partido no podía seguir por la disposición tomada sobre Emiliano Martínez, Cristian Romero, Giovani Lo Celso y Emiliano Buendía, los tres primeros titulares en el clásico.